Cuando conocimos a Ale, ya nos advirtió que Ángel no era muy amigo de hacerse fotos, y que no creía que pudiera convencerle para hacer su True Romance Date, y así fue. Pero nosotros insistimos en conocerle antes del gran día, y de repente nos encontramos pidiendo una caña tras otra en una terracita de la Plaza de Olavide en pleno verano, como si nos conociésemos de toda la vida. Con ellos, fue amor a primera vista, encajamos a la perfección y eso se notó el 22 de julio en la finca Malpartida.
Ale, vestida de Laure de Sagazan y con un precioso ramo de espigas (que con los nervios se olvidó de llevar mientras iba de camino al altar a encontrarse con Ángel) deslumbró no sólo porque lo hace cualquier novia en su día, si no porque su sonrisa ilumina por donde pasa. Ángel, que como decíamos no parecía ser muy amigo de las cámaras, lo dió todo y nos enamoró con su simpatía y su naturalidad. Tuvimos el placer de hacer equipo con el gran Manu Solana, videógrafo de bodas al que ya conocíamos y con quien estamos deseando repetir!
Una boda preciosa, una cena al aire libre servida por cátering Cardamomo, con el sol cayendo entre los olivos, luces de verbena y música indie, ingredientes que no podían fallar y efectivamente no lo hicieron.
La guinda final fue entregarles las fotos en su bar favorito (¡que hemos tenido que añadir a la lista de los nuestros!) donde Sebas, el dueño, nos trajo hasta palomitas del cine de al lado para verlas bien a gusto.
Gracias por vuestro cariño y vuestra confianza chicos, nos vemos en La Flor :)