Luces de colores, humo, atracciones girando sin parar y algodón de azúcar son los ingredientes de una receta que sólo podía salir a pedir de boca. Y si encima delante de la cámara tienes este par de sonrisas, el éxito está asegurado. Bea y Víctor nos lo pusieron fácil, y aunque no niego que el hecho de que seamos amigos hace años jugase a nuestro favor, cualquiera hubiese disfrutado paseando por la verbena con ellos y haciéndoles fotos. Pero fuimos nosotros :)
Gracias, chicos.